Mi confrontación con la docencia.
Entre la docencia y mi profesión.
En el año de 1984 terminé mis estudios de nivel bachillerato en el Instituto Tecnológico de Matamoros con la especialidad de Técnico Electromecánico. Inmediatamente me incorporé a estudiar el nivel profesional en la misma institución y en la misma carrera pero ya a nivel de ingeniería, a la par estaba tomando un curso de computación lo cual me agradó mucho más que la carrera profesional que estaba cursando en el Tecnológico, por lo que al iniciar el tercer semestre decidí darme de baja y buscar una escuela donde estudiar computación en forma escolarizada pero desgraciadamente sólo había una escuela particular que ofrecía esa carrera a nivel ingeniería y no era de mi agrado además de ser algo cara.
Fue entonces que me inscribí en la Universidad Autónoma de Tamaulipas para cursar la carrera de “Técnico Superior en Computación Administrativa” la cual culmine en el año de 1988, para ésto ya estaba trabajando en el CONALEP 055 plantel Matamoros desempeñándome como bibliotecario. Al término de esta nueva carrera técnica, inicié la realización de mi servicio social y de mis prácticas profesionales en el centro de cómputo del CBTis 189, al cual logré entrar a laborar en septiembre de 1989 supuestamente como “Jefe del Centro de Cómputo” pero como los docentes que impartían clase en esa especialidad no tenían el perfil o se encontraban tomando cursos para actualizarse, se me asignó la tarea de atender un grupo de tercer semestre y otro de quinto semestre dado que yo tenía conocimiento sobre las materias que se impartirían.
He de mencionar que ésto me causó algo de terror, pues nunca me había enfrentado a algo similar pero como quería trabajar y quería causar buena impresión acepté el reto no sin antes encomendarme a Dios pues iba a necesitar mucho de su ayuda. Resultó que mis nuevos alumnos eran los mismos jóvenes que yo había atendido como prestador del servicio social en el centro de cómputo y con quienes había compartido muchas cosas al grado de ser buenos cuates pues no había mucha diferencia de edad entre ellos y yo.
De todas formas me sentía incomodo, pues yo estaba acostumbrado a relajear con ellos y ahora tenía que comportarme diferente pues era “su maestro”. Debo comentarles que durante mi época de estudiante yo juraba que nunca iba a ser maestro, pues mis padres querían que estudiara en la Normal para Maestros, y ya tengo 19 años en la docencia y por si fuera poco estoy casado con una excelente maestra de nivel Primaria quien me ha apoyado y ayudado enormemente en este quehacer.
Cuando estos alumnos egresaron del CBTis, muchos de ellos ingresaron al Tecnológico de Matamoros a cursar la carrera de Lic. en Informática y cual sería su sorpresa al encontrase a su ex maestro como compañero de estudios pues también yo me había incorporado a realizar estudios superiores lo cual hizo que nos uniéramos aún más y lográramos hacer un muy buen equipo y aunque para ese entonces ya trabajaba también en una secundaria técnica como maestro de computación pude lograr terminar mi carrera en forma satisfactoria junto con muchos de mis exalumnos los que ahora eran mis compañeros de profesión pues varios de ellos se incorporaron a trabajar como maestro en secundaria e inclusive alguno en el mismo CBTis.
Conforme pasaron los días, los meses, los semestres, me fui adaptando a mi nuevo rol lo que me hizo sentirme orgulloso de desempeñarme como docente, de saber que podía aportar muchas cosas a los jóvenes estudiantes y que además de todo recibía un pago por ello. Me gusta ser amigo de mis alumnos, ganarme su confianza y más ahora que la diferencia de edades es significativa en relación al primer grupo de alumnos que tuve y la verdad no tengo dificultad para lograrlo claro que sin que se llegue a perder el respeto maestro-alumno.
Es muy satisfactorio encontrarse a los exalumnos ubicados ahora en algún puesto gerencial, en alguna oficina de gobierno o como dueños de su propio negocio y que aún se acuerden con agrado del maestro aquel que les dio algún consejo o que simplemente trató de ser su amigo, pero que además de eso contribuyó en algo para lograr lo que ahora son. Aunque también está el otro lado de la moneda cuando te encuentras a algunos jóvenes a los que no lograste motivar a seguir estudiando y a superarse por lo que ahora se dedican a delinquir.
Sin duda, todo este peregrinar por la docencia no ha sido nada fácil, lo que hasta ahora he logrado a sido a base de sacrificios y de seguir estudiando pues continuo trabajando en el CBTis y en una secundaria técnica y me alcanzó el tiempo para cursar una maestría la cual culmine estando pendiente la obtención del grado académico.
Yo se que lo he hecho no es algo extraordinario o fuera de este mundo pero si creo que el hecho de ser un docente en este nivel educativo (medio superior) y enfrentarnos con gusto a los cambios que se han presentado en el sistema educativo, habla de la vocación que se ha logrado despertar en nosotros y de que a pesar de no tener una formación pedagógica formal hacemos todo lo que está de nuestra parte para seguir formando al futuro de nuestro México y prueba de ello es encontrarnos estudiando esta especialización aún y cuando muchos ya están próximos a jubilarse.
Disfruto mucho ser docente en el nivel medio superior por que también aprendo mucho de mis alumnos y no me da vergüenza decirles que hay algo que no se o no conozco y que uno de ellos me lo pueda enseñar para que yo pueda transmitirlo más delante, hay que recordar que todos aprendemos de todos y todos tenemos siempre algo que enseñar.
Obviamente todos estos usos no son dominados de la misma forma por todos los alumnos, lo que nos ha permitido tanto a mis compañeros docentes como a mi, generar grupos de apoyo entre los alumnos tanto por iniciativa de ellos mismos como por sugerencia de nosotros, permitiéndonos esto que más alumnos posean el conocimiento y adquieran las competencias sobre el uso y aplicación del Internet, lo que también se ha visto reflejado en nosotros los docentes.
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